Sobre lo posible

¿Que si puedo volar? Si,si, claro. Aun no me lo propongo. Es que por ahora tengo en mente algunas otras cosas. Pero si quisiera, si realmente lo desearía, claro que si, como no voy a poder volar ¿Qué clase de pregunta es esa?.
Quizás sea una maravillosa locura temporal, o simples artilugios de la mente para generar fuerzas que el cuerpo no posee.
Pero últimamente me siento así, como si los límites fueran cosa rara y todo absolutamente todo fuera inevitablemente posible.
Mido 1,60 mts, chiquita y algo torpe, no tengo talentos especiales y nunca fui de las que se destacan, más bien comunsita y de ganarse las cosas a base de sonrisa y buenas intenciones.
Pero pasó que en algún momento me dio por creer en mí más de la cuenta, me encontré haciendo cosas impensadas y le tomé el gustito. Así que los imposibles se fueron volviendo zonzos y sin sentido y el día a día una fantasía constante.
Quiero aprender violín y tocar Air on the g string de Bach. Quiero pilotar una avioneta mientras cae el sol. Quiero hablar el idioma de las aves y bucear muy profundo. Quiero jugar a que vivo y nada es tan serio ni definitivo.
El otro día leyendo un libro descubrí que antiguamente en oriente durante el invierno se acostumbraba llevar en el bolsillo una pequeña cajita con un grillo para recordar el sonido de la primavera.
Y se me ocurrió pensar que me encantaría vivir en un mundo así, donde lo irremediablemente anormal e impredecible fuera rutina. Y donde la razón solo fuera simple complemento del alma.